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Barlovento es la dirección en la que empuja el viento, es la zona expuesta a él, ya sea de un barco o de una playa.
Sotavento es la parte protegida de la fuerza del viento, es el lado opuesto de barlovento por lo que es una zona más o menos en calma.
La importancia de encontrarse a barlovento o sotavento no sólo influye a la navegación, sino al clima, fauna y flora de determinadas regiones de la Tierra.
Pues bien, hablando de navegación, existe una zona en el norte del océano Atlántico, se extiende entre los meridianos 70° y 40° oeste y los paralelos 25° y 35° norte, con una superficie variable de 3'500,000 kilómetros2, donde se puede decir que no existen ni barlovento ni sotavento. A ésta zona se le conoce desde hace siglos como la “
Latitud de los Caballos”.
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El origen del nombre se remonta a los tiempos de los primeros viajes desde Europa hacia América, cuando los barcos que cruzaban el Atlántico se topaban con una zona donde el viento dejaba de soplar súbitamente. De pronto, las tripulaciones se quedaban varadas durante días, azotadas por un calor infernal y el consiguiente consumo de provisiones, hasta que éstas comenzaban a escasear.
Cuando la situación ya empeoraba, los marinos se veían obligados a aligerar el peso del barco para aprovechar el más leve viento y lograr salir de aquella zona muerta. Entonces empezaban a arrojar por la borda todo lo que era pesado y no les fuera absolutamente imprescindible. Así botaban mercancías, muebles, hasta cañones y munición. Supongo que el ron lo dejaban para el último.
Bueno, después de estar varios días varados, llegaban a escasear peligrosamente sus reservas de agua dulce, las mismas que empezaban a racionar, y obviamente, quienes primero sufrían de este racionamiento, eran los animales domésticos que llevaban.
Cuando la situación ya llegaba a ser grave, no tenían más remedio que deshacerse de los caballos, arrojándolos por la borda.
Claro, que cuando la comida escaseaba, se dice que optaban por comérselos.
En cualquier caso, la mayoría de aquellos marinos no dejaría de escuchar los angustiosos relinchos de los caballos durante el resto del viaje y quizá de sus vidas.
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Se cuentan historias escalofriantes acerca de la Latitud de los Caballos o “Mar de los Sargazos”, como lo bautizó Cristóbal Colón. Aseguran que decenas de veleros quedaron atrapados para no regresar jamás, y que muchos de ellos continúan allí, convertidos en sepulcros flotantes. En 1884 el vapor inglés Britannia encontró uno de estos barcos tripulados por cadáveres, pero su casco estaba tan deteriorado que no fue posible identificarlo.
De aquí surgen las leyendas de barcos fantasmas, que son tan reales pero al no saber la procedencia de los barcos que se iban encontrando, dio origen a múltiples leyendas que distorsionaron la realidad.
Nota: dar clic en las fotos para verlas más grandes y en las palabras en rojo para ver la referencia.
Espero queden satisfechos con la conclusión de esta cuarta pregunta, los puntos quedan así:
Héctor Leal 1
Pedro Nolasco 1
Arturo Garza E. 2
Ernesto Argueta 1
Javier Contreras 1
Irma Martínez 1